Claves para renovar tu cocina SIN OBRAS

Tenía muchas ganas de meterle mano a la cocina de casa desde hacía muuuucho tiempo. Os prometo que la re-decoraba mentalmente por las noches antes de dormirme, hasta el día que decidí ponerme manos a la obra. Para renovar tú mismo una habitación tan importante como la cocina necesitas disponer de tiempo porque tienes que ir trabajando por partes y dejando espacio libre para seguir cocinando, accediendo a la nevera, etc. Y aunque así he tratado de hacerlo, tras una semana con toda la cocina patas arriba mi novio quería echarme de casa. Cada vez que entraba se aturdía con el fuerte olor a esmalte o se pelaba de frío porque yo dejaba las ventanas abiertas para que se ventilase al estancia...en pleno Diciembre. Por no hablar de la cantidad de veces que tuvo que sortear destornilladores, taladradora y todo tipo de herramientas por el pasillo.

Pero, como abanderada del Do it yourself os digo que ¡ha valido la pena! Sin gastar mucho dinero he mejorado notablemente el aspecto y la funcionalidad de mi cocina junto con mis ganas de cocinar en ella. Antes me parecía desfasada y que los colores y estilos de las partes no casaban entre sí. Ahora desprende alegría sin ser demasiado llamativa y se ve más limpia y ordenada. Lo más difícil para mí ha sido elegir la paleta de colores manteniendo el mármol original de color negro. Lo cierto es que casi hasta el final no tenía claro si el resultado iba a ser bueno o estaba quedando como una patada en el trasero. La encimera de mármol ha condicionado la elección de cada elemento por ser una pieza transversal y cara de sustituir. De hecho, mi plan B consistía en teñir el mármol de blanco con pintura específica para superficies alimentarias. Doy gracias de que el plan A ha funcionado...pero juzgad vosotros mismos

ANTES

Ahí van las claves para renovar cualquier cocina SIN OBRAS:

1. Dale una buena mano de pintura en paredes y muebles. ¿Cómo combinar los colores? Elige un tono resultón pero elegante para los muebles y vete al espectro más claro de la misma paleta de color para las paredes. Mi elección ha sido los tonos crema/maquillaje.

2. Tira solo aquello inservible, si puedes reciclarlo mantenlo. Yo he sustituido el extractor viejo oculto en el mueble por uno nuevo con más peso visual pero he mantenido la mesa plegable estrechándola a modo de barra de desayuno para ganar espacio. También he desechado el antiguo visillo e instalado un estor translúcido más fino y adecuado para la venta.

3. Pon atención en los detalles. Los pomos de las puertas, jarras, trapos, utensilios de cocina, etcétera... completan el look, por eso es importante que combine bien con el estilo deseado. En mi caso, he optado por instalar algunos complementos en dorado para darle un toque chic y el resto de elementos en tonos neutros como beige o gris para que no tengan demasiado protagonismo óptico. De devil is in the details!

AHORA

La nueva barra para las especias en el lateral derecho de la vitro mantiene todo a mano sin que ocupen espacio sobre la encimera.

¡Cómo me gusta el orden!

He arreglado la puerta bajo del fregadero para que nada quede a la vista.

La puerta que da al lavadero ha quedado integrada aplicando la misma pintura que en los azulejos. El nuevo color aporta luz a toda la estancia.

La mesa de desayuno queda ahora más proporcionada y menos engorrosa al recortarla unos centímetro y redondear las esquinas. Encima he colocado una barra para tazas y utensilios varios y una estantería decorativa para tener a la vista los libros de cocina antes olvidados en un cajón.

Detalles

¿Qué os parece el aire retro renovado?